Hasta pronto

Me marcho.
De esta isla que tanto me ha dado a la que yo tenía que dar tanto.

El verde, la vida, la paz.
Un campo verde intenso con una sombrilla azul intenso.
La piel oscura que se protege del sol porque se pone más prieta.
Los ojos oscuros de un niño que sonríe por cada poro de su cuerpo.
Las miradas de admiración. Y las de orgullo.
El ritmo en el cuerpo con el rostro inexpresivo.
La confianza, la seguridad transmitida.

La carretera interminable. Como la historia.
Los autos. Chatarra que camina. Pero funcionan.
Los interruptores de adorno.
Los grifos de adorno.
Los adornos de las mujeres. Sus uñas. Sus cabellos. Sus labios.
Los cuerpos de hombres esculpidos por el sol y las semillas.
El moro de guandules. Los fritos. El salami frito. El pollo extra-frito.

El racismo. En positivo y en negativo. En blanco y negro.
La puntualidad. Muy in.
La agenda. ¿Dónde?

La bachata. Triste, amarga, amor doloroso.
El merengue. Alegre, quizás haitiano.
Los haitianos. Olvidados.
Los dominicanos. Orgullosos.
Los españoles. Conquistadores crueles, el futuro anhelado.
La contradicción. Reina de esta patria.

La psicorigidez divertida. Mía.
La perseverancia. De Joaquín.
Los achaques. De la guagua de Joaquín.
La fluidez temporal. Dominicana.

Yaguate, Semana Santa, San Cristóbal, Guerra, Santo Domingo.

Me marcho.
Jimmy sigue igual.
Leonel también.

Gracias y de nada.
Ha sido un placer. El placer ha sido mío. Mucho.

Demasiados nombres por hacer.
Todos en mi cabeza, en mi corazón.

Hasta muy muy pronto, en algún lugar.