(lean el primer informe de Desarrollo Humano sobre desigualdad para América Latina y El Caribe del PNUD)
La esperanza es la actitud emblemática de quienes buscan una vida mejor. Las aspiraciones marcan una división invisible entre quienes han sucumbido ante las circunstancias y, por lo tanto, han dejado de combatir su empobrecimiento; y los agentes activos que luchan por crear un cambio positivo para sí mismos y para sus familias. Estas actitudes silenciosas pueden desafiar los empedernidos patrones de desigualdad. En un reciente estudio de 17 países, Moving out of Poverty (La salida de la pobreza), esta actitud de esperanza y la autonomía que generó, distinguió a quienes lograron salir de la pobreza de sus vecinos que no lo lograron. Sin embargo, la esperanza,
la aspiración y la habilitación no son el enfoque típico de la política de desarrollo. Efectivamente, los incentivos orientados a las aspiraciones materiales pueden desplazar estos patrones de conducta.
El Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del PNUD (http://www.elpais.com/especial/informe-desarrollo-humano/)
explora el hecho de si las aspiraciones y la autonomía de las personas pueden interrumpir la desigualdad intergeneracional y rectificar las desigualdades entre hombres y mujeres. No es una pregunta fácil de investigar empíricamente.
La autodeterminación o agencia se ha definido como "lo que una persona es libre de hacer y lograr en busca de
cualquier meta o valor que considera importante" (Sen 1985: 206) y más sucintamente, como "alguien que actúa y genera cambios" (Sen 1999: 19). Lo opuesto a una persona con agencia es alguien que es coaccionado, oprimido o pasivo. La agencia se repite como una variable de importancia intrínseca e instrumental para las comunidades pobres: "Una mayor libertad realza la habilidad de las personas de ayudarse a sí mismas, así como de influir en el mundo, y estos son elementos esenciales del proceso de desarrollo" (Sen 1999: 18-19). No obstante, hasta ahora, las limitaciones de los datos han obstaculizado el análisis cuantitativo y la investigación de estos fenómenos.
Este estudio clave comienza a explorar el valor instrumental potencial de la autonomía y la aspiración de un padre de familia respecto del futuro y los resultados materiales de sus hijos. Las esperanzas de un padre de familia son notablemente obstinadas, y este optimismo puede ayudarle a superar muchos desafíos. Por ejemplo, el estudio implementó un nuevo cuestionario en tres áreas metropolitanas, en busca de los indicadores que mejor revelaran aspectos importantes de la aspiración y la autonomía. Los hallazgos invitan a la reflexión. Por ejemplo, se descubrió que al menos el 60% de los padres de ambos sexos ?independientemente de su propio
nivel de escolaridad? aspiran a que sus hijos lleguen a la universidad, mientras que el 40% no comparte esta aspiración.
América Latina tiene una serie de tradiciones sociales dispares que apoyan la aspiración, la esperanza y la habilitación, llamada en la literatura "empoderamiento". Desde una perspectiva cultural, las teologías de la liberación hicieron conciencia sobre situaciones de opresión y expresaron solidaridad con las clases más bajas; el trascendental trabajo sobre pedagogía de Paolo Freire generó educación informal y concienciación entre comunidades, y algunos movimientos recientes han incorporado la cosmovisión de los pueblos indígenas y de otros grupos sociales. ¿Las actitudes generadas por estas tradiciones sociales hacen posible que la siguiente generación interactúe más efectivamente con oportunidades que van desde las microfinanzas y las transferencias de efectivo condicionadas hasta el espíritu emprendedor y la emigración? ¿Crearán estas oportunidades un efecto económico que haga desaparecer la desigualdad y que faculte a las mujeres?
El Reporte Regional de Desarrollo Humano de 2010 es un poderoso estudio, ya que suscita una serie de preguntas innovadoras y transversales acerca de la autonomía y la aspiración, al tiempo que se propone desentrañar los catalizadores del cambio que no se han estudiado lo suficiente. Enhorabuena.
Sabina Alkire
Directora de la Oxford Poverty and Human Development Initiative Queen Elisabeth House
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