giovedì 27 novembre 2008

La llegada

Al llegar a Santo Domingo, después de 20 largas horas de viaje, perdiendo el avión de Miami a Santo Domingo (gracias al exhaustivo control de pasaportes) me reciben Joaquín, Paula y una espléndida lluvia (flojita) tropical.
Era de noche, las 00.30, y nos fuimos directamente a un hotelito de la playa de Juan Dolio (a unos 25 km de la capital, hacia el este), donde pasé el fin de semana con Paula.

Joaquín es el miembro de ISF que vive en Dominicana y está ejecutando los proyectos quí desde hace 4 años.
Paula es la voluntaria de ISF que vino durante el mes de noviembre, y a la que yo voy a sustituir.

Estupenda llegada, todo muy.... dominicano, menos un italiano playero buscando compañía española, que se nos pegó a mí y a Paula (será el destino?).

Estábamos en una zona bastante europeizada: hotel muy decente, con desayuno en un local a pie de playa casi continental; eso sí, con jugos hechos en el momento, de frutas tropicales, que ya me gustaría que los probárais: qué buenos! y qué grandes!
Calor, pero no demasiado. Mosquitos, poquitos.

Una buena dorada, y un buen pedazo de tiburón (brrrrrrr!)
Tantas charlas con Paula mirando al Caribe, oyendo sus olas (que son muy grandes)
y.... comenzó la aventura!
Eso sí, no faltaron los momentos de trabajo para preparar las reuniones del la semana.
El OCIO no está reñido con el DEBER. Y aquí pensamos en todo momento en lo que aún queda por hacer, sin parar, pero sin sufrir. Es lo que nos mueve.




El domingo por la noche nos fuimos a San Cristóbal, donde Paula se ha quedado todo el mes, en casa de Luis (dominicano de la Fundación FEPMA, con la que colaboramos para los proyectos).
Allí Paula hizo amigos, y el domingo a la noche le hicieron una cena homenaje, a la que yo asistí.
Fuimos a hacer la compra con los chicos, y cocinamos con ellos Donplín (casi como los gnocchis, pero en una sopa con carne, apio, habichuelas...) buenísimo!
Y luego, durante, antes, cuando quieras, se baila, claro.

Ayer Paula se volvió a España, y me he quedado un poco .... sola? por decir, porque aquí nunca se está solo. Los dominicanos están siempre preocupados por acompañarte, ayudarte, recibirte, cocinarte, y reírse contigo.

La despedida de Paula fue con una buena comilona en la capital.
Ella hizo como si no se estuviera yendo. No le gustan las despedidas.
Luis, Joaquín, Paula y yo nos dimos un banquete con Monfongo, pescado Samaná, espaguetis marinos (eso lo pedí yo, para conciliar todo lo que voy llevando en mi corazón), mucho aguacate y, cómo no, un jugo de guayaba con no sé qué, buenísimo.

Ah! aquí Nino Bravo era muuuuuuuuuuuuuy famoso; podéis imaginar lo que eso significa, que todos me cantan la canción cuando me presento.

3 commenti:

Juanma ha detto...

...como me gusta esto de los blogs...estoy en un curso del curro y se me ha caido una lágrima leyendo este homenaje tuyo (tan merecido) a nuestra Paulita (si me permite este apelativo cariñoso).

YO QUIERO VOLVER A BAILAR UNA BACHATA CON UN JUGITO DE GUAYABA!!!!!

isabelita alhambra ha detto...

Me alegra que estés disfrutando lo que durante años has deseado hacer.
Ha merecido la pena.
Espero que sigas transmitiendo este entusiasmo que se contagia.
Besos

Unknown ha detto...

¡Qué alegría me da leerte tan contenta! Hacía muchísimo que no te notaba un tono tan ilusionado... espero que se mantenga mucho tiempo.

Y ya puedes ir apuntando recetas y bailes para enseñarnos cuando vengas a vernos.